"Estoy encantada de volver a Zaragoza"
Vuelves al Teatro Principal de Zaragoza después de unos
años, ¿Qué sientes?
Mucha emoción, porque ya decía que Zaragoza es como plaza
obligada, era un lugar importantísimo de referencia. Si no pasabas por el
Principal de Zaragoza goza era como “¿Perdona?” (Risas). Entonces, me hace
mucha ilusión volver y me encanta pensar que el teatro vuelve a estar aquí
bien, sano, lozano, fuerte y robusto. Así que estoy encantada de volver.
Una obra donde tú encarnas a tres personajes, ¿Es más
divertido o tienes más responsabilidad?
Las dos cosas en la misma proporción. Es muy divertido
porque te permite juegos maravillosos en el escenario, pero evidentemente, si
es ya difícil hacer uno bien, imagínate tener que hacer tres… O imagínate mi
compañero José Luis García Pérez, que son nueve los que tiene que hacer. Es una
responsabilidad mayor pero también es un disfrute muy grande. De todas formas
yo creo que no nos planteamos el trabajo así, porque sino no saldríamos al
escenario. Hay que tener en cuenta, además, que has hecho mucho trabajo, mucho
estudio, mucha preparación y confiar. Y sobre todo confiar en que el espectador
sabe que tú no eres todas esas gentes y que lo que nos falte lo ponen ellos de
alguna manera.
¿Qué es lo más bonito que te ha pasado encima de un
escenario?
Me han pasado cosas maravillosas. Para mí subirme al
escenario siempre es… primero, no sé lo que va a pasar por mucho que yo sepa
qué es lo que tengo que decir o qué es lo que va a decir mi compañero, ¿no? Hay
un factor sorpresa que siempre es tremendamente emocionante. Con respecto al
público, lo que yo he recibido del púbico… son cosas que yo no puedo olvidarme.
No me han pasado grandes anécdotas, pero sí me ha ocurrido tener el privilegio
de sentir que la gente estaba ahí contigo y que cuando salen te dicen lo que
les ha pasado, ves a la gente absolutamente conmovida, absolutamente emocionada…
gente que te dice que te vio por primera vez hace mucho tiempo y que te sigue
porque confía que cuando va a verte va a ver algo que le interese. Esa especie
de extraña fidelidad es una generosidad enorme porque no saben quién eres, solamente
han visto tu trabajo… me siento enormemente feliz y privilegiada con eso. Por
eso no puedo dejar de hacer esto, ni quiero dejar de hacerlo.
En esta obra habláis del olvido, ¿Por qué crees que a veces
nos resulta tan fácil olvidarnos de algunas cosas?
Yo creo que encarar el dolor y los errores no es fácil.
Vivimos tiempos de mucha velocidad, donde hay poco tiempo para la reflexión,
creemos que a veces lo que hacemos no deja secuelas. Y socialmente igual,
creemos que porque haya habido una segunda Guerra Mundial ya se terminó y nunca
más. Tenemos una capacidad para no darnos cuenta del eco de nuestros actos,
pero que eso dejan las secuelas que da miedo, además, y prefieres mirar hacia
otro sitio y pensar que aquello que pasó no va a volver a pasar. Que aquello no
afectó a nadie más que a los que lo vivieron de cerca, no me toca, no me
importa… el huir… el ser humano es bastante negador de cosas… nos da miedo. Yo
creo que tiene que ver con el miedo y con especie de extraña vanidad que
tenemos. Ese es el gran problema, cuando crees que lo que ha sucedido ya no
está, te estás equivocando de medio a medio, el pasado está en el absoluto
presente, está aquí, no lo puedes tapar por mucho que quieras. Como decía José
Luis en la rueda de prensa, “Debajo de las acedas, en las losas de cada ciudad
hay muertos, hay vivos, hay llantos, hay recuerdos, hay ancianos, hay niños,
hay guerras…” No puedes hacer como que no está. Y en tu vida es exactamente igual,
aquello que hiciste y que te pasó no se va a borrar, está ahí.
¿Qué tiene que tener un buen proyecto para que digas “me voy
ahí”?
Este es un buen ejemplo, siempre busco un texto que a mí me
conmueva y me importe. Y que sienta que estoy obligada a comunicarlo, a
traspasarlo al espectador. Un buen autor como lo es Juan Mayorga, un buen
director, alguien que sea capaz de leer teatro y traducirlo a emociones encima
del escenario con inteligencia es Juan Mallorga y los compañeros. En este caso
tengo un compañero que vale por nueve personajes, al que adoro, al que respeto
y al que admiro. Este proyecto tiene las condiciones que pido al puchero de mis
gustos cuando yo decido llevar adelante un proyecto, tiene que tener estos
ingredientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario