sábado, 25 de febrero de 2017

Entrevista a Blanca Portillo by Daniel de la Peña

"Estoy encantada de volver a Zaragoza"


Queremos compartir con vosotros la entrevista que hicimos a la maravillosa Blanca Portillo, cuando estuvo en Zaragoza con la obra "El Cartógrafo" en el teatro principal. Una mujer cercana, cariñosa y una gran profesional. Hablamos con ella sobre su obran, el olvido y mucho más en esta entrevista en exclusiva con la actriz.

Vuelves al Teatro Principal de Zaragoza después de unos años, ¿Qué sientes?
Mucha emoción, porque ya decía que Zaragoza es como plaza obligada, era un lugar importantísimo de referencia. Si no pasabas por el Principal de Zaragoza goza era como “¿Perdona?” (Risas). Entonces, me hace mucha ilusión volver y me encanta pensar que el teatro vuelve a estar aquí bien, sano, lozano, fuerte y robusto. Así que estoy encantada de volver.

Una obra donde tú encarnas a tres personajes, ¿Es más divertido o tienes más responsabilidad?
Las dos cosas en la misma proporción. Es muy divertido porque te permite juegos maravillosos en el escenario, pero evidentemente, si es ya difícil hacer uno bien, imagínate tener que hacer tres… O imagínate mi compañero José Luis García Pérez, que son nueve los que tiene que hacer. Es una responsabilidad mayor pero también es un disfrute muy grande. De todas formas yo creo que no nos planteamos el trabajo así, porque sino no saldríamos al escenario. Hay que tener en cuenta, además, que has hecho mucho trabajo, mucho estudio, mucha preparación y confiar. Y sobre todo confiar en que el espectador sabe que tú no eres todas esas gentes y que lo que nos falte lo ponen ellos de alguna manera.



¿Qué es lo más bonito que te ha pasado encima de un escenario?
Me han pasado cosas maravillosas. Para mí subirme al escenario siempre es… primero, no sé lo que va a pasar por mucho que yo sepa qué es lo que tengo que decir o qué es lo que va a decir mi compañero, ¿no? Hay un factor sorpresa que siempre es tremendamente emocionante. Con respecto al público, lo que yo he recibido del púbico… son cosas que yo no puedo olvidarme. No me han pasado grandes anécdotas, pero sí me ha ocurrido tener el privilegio de sentir que la gente estaba ahí contigo y que cuando salen te dicen lo que les ha pasado, ves a la gente absolutamente conmovida, absolutamente emocionada… gente que te dice que te vio por primera vez hace mucho tiempo y que te sigue porque confía que cuando va a verte va a ver algo que le interese. Esa especie de extraña fidelidad es una generosidad enorme porque no saben quién eres, solamente han visto tu trabajo… me siento enormemente feliz y privilegiada con eso. Por eso no puedo dejar de hacer esto, ni quiero dejar de hacerlo.

En esta obra habláis del olvido, ¿Por qué crees que a veces nos resulta tan fácil olvidarnos de algunas cosas?
Yo creo que encarar el dolor y los errores no es fácil. Vivimos tiempos de mucha velocidad, donde hay poco tiempo para la reflexión, creemos que a veces lo que hacemos no deja secuelas. Y socialmente igual, creemos que porque haya habido una segunda Guerra Mundial ya se terminó y nunca más. Tenemos una capacidad para no darnos cuenta del eco de nuestros actos, pero que eso dejan las secuelas que da miedo, además, y prefieres mirar hacia otro sitio y pensar que aquello que pasó no va a volver a pasar. Que aquello no afectó a nadie más que a los que lo vivieron de cerca, no me toca, no me importa… el huir… el ser humano es bastante negador de cosas… nos da miedo. Yo creo que tiene que ver con el miedo y con especie de extraña vanidad que tenemos. Ese es el gran problema, cuando crees que lo que ha sucedido ya no está, te estás equivocando de medio a medio, el pasado está en el absoluto presente, está aquí, no lo puedes tapar por mucho que quieras. Como decía José Luis en la rueda de prensa, “Debajo de las acedas, en las losas de cada ciudad hay muertos, hay vivos, hay llantos, hay recuerdos, hay ancianos, hay niños, hay guerras…” No puedes hacer como que no está. Y en tu vida es exactamente igual, aquello que hiciste y que te pasó no se va a borrar, está ahí.

¿Qué tiene que tener un buen proyecto para que digas “me voy ahí”?
Este es un buen ejemplo, siempre busco un texto que a mí me conmueva y me importe. Y que sienta que estoy obligada a comunicarlo, a traspasarlo al espectador. Un buen autor como lo es Juan Mayorga, un buen director, alguien que sea capaz de leer teatro y traducirlo a emociones encima del escenario con inteligencia es Juan Mallorga y los compañeros. En este caso tengo un compañero que vale por nueve personajes, al que adoro, al que respeto y al que admiro. Este proyecto tiene las condiciones que pido al puchero de mis gustos cuando yo decido llevar adelante un proyecto, tiene que tener estos ingredientes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario